LA DECLARACIÓN DE LA INFANTA CRISTINA…CUENTA ATRÁS…
El Juez Castro pasará a la historia de este país como el hombre que se «atrevió» a imputar, no sólo a un «miembro político» de la Familiar Real, sino a la mismísima hija del Rey.
Por lo que nos dejá entrever a través de sus resoluciones judiciales, es un hombre metódico y concienzuedo pero, sobre todo, es una persona paciente…
La instrucción del denimonado «CASO NOOS» le ha colocado en las portadas de períodicos y en las cabeceras de los informativos; se ha comentado que ha recibido «presiones» de diferentes «instancias»; se dice que, esta instrucción, ha «enturbiado» la buena relación que mantenía con el Fiscal Horrach; se asegura que, después de este asunto, se va a jubilar,…
Pero, al margen de esta rumorología, lo cierto, es que, el juez José Castro, ha logrado introducir en la sociedad una reflexión mucho más profunda… ¿Está vigente el principio de igualdad? ¿Somos tod@s iguales ante la Ley y frente a los Tribunales?…
Con su investigación pertinaz e intensa, el juez del «CASO NOOS», nos ha hecho reflexionar sobre las instituciones jurídicas y, sobre todo, nos ha hecho tomar conciencia sobre la fragilidad de los principios que, inspirando nuestro sistema de Derecho, cada vez están más «difusos» en la práctica procesal actual.
Tras una primera «desimputación» (figura procesal que, por mucho que se empeñen los medios de comunicación, no tiene «encaje», ni referencia, en nuestra Ley de Enjuiciamiento Criminal), el juez Castro, siguió las «pautas» que le había sido «reveladas» por la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca y, mientras continuaba recibiendo pruebas (más que indicarias) sobre la posible comisión de actividades delictivas por parte de Iñaki Urdangarín, logró obtener aquellas pruebas (Informes periciales económicos, fundamentálmente) que derivaron, a principios del mes de enero de 2014, en su Auto de imputación de la Infanta de Cristina.
Auto de imputación que, todo sea dicho, por ser el segundo y por saberse revisado «con lupa» por propios y extraños, no fue una auto «normal», sino más bien un ejercicio de reflexión y desarrollo jurídico amplio (e incluso) demasiado fundamentado.
A estas alturas, a sólo tres días de que la Infanta Cristina declare en calidad de imputada y, al margen de cuestiones relacionadas con cómo va a acceder a los Juzgados o cómo va a desarrollarse el interrogatorio de las acusaciones (el Fiscal Horrach ha solicitado que, “a efectos de racionalizar y ordenar el proceso y evitar dilaciones, se ordene que se integre en una sola voz a las dos acusaciones populares que están personadas»), sólo queda esperar para conocer qué cuestiones serán planteadas por el juez instructor a la Infanta Cristina y si, tras ellas, entenderá «ratificados» los indicios que, desde el principio, han conducido los pasos de su investigación hacia la hija del Rey…
Lo que ha quedado claro de verdad, es que en este país la separación de poderes es inexistente y que el principio de igualdad ante la ley es una quimera.
A España le queda un gran camino todavía para que sea considerada una democracia…
Totálmente de acuerdo, Aitor!
Un saludo.