A raiz del impactante y lamentable suceso que, en los últimos días, hemos conocido por los medios de comunicación, relativo al hecho de que un progenitor, durante su régimen de visitas, ha agredido a sus dos hijos (causando la muerte a uno de ellos), los abogados penalistas del Departamento de DERECHO PENAL de nuestro Despacho de abogados de Bilbao, han preparado el siguiente «post», como reflexión, partiendo del «recuerdo» de algunas de las situaciones que, desgraciadamente con cierta asiduidad, conocemos a través del Despacho y que nos gustaría dejar de tener que tramitar…

Porque estamos contra todo tipo de violencia y, específicamente, contra aquella que se produce en el núcleo familiar… la denominada violencia  familiar o «intrafamiliar».

La violencia intrafamiliar es cualquier tipo de abuso de poder de parte de un miembro de la familia sobre otro. Este abuso incluye, tanto el maltrato físico como el psicológico y, de hecho, se considera que existe violencia familiar en un hogar, si hay una actitud violenta repetitiva (independientemente del tipo de violencia ejercida).

Por lo tanto, se trata de la violencia ejercida sobre hijos, padres, abuelos y/o hermanos, por parte de un miembro de esa familia (que, normálmente, convive con ellos).

Puede ser un maltrato ostensible (físico) o un maltrato psicológico, pero, lo coincidente en ambos supuestos, es que se trata de un comportamiento reiterado que refleja un abuso de superioridad y el ejercicio prevalente de una «posición de poder».

Estas formas de violencia pueden desarrollarse mientras el núcleo familiar está «unido» o cuando éste se rompe (al iniciarse un proceso de divorcio, durante su tramitación o con posterioridad al mismo), produciéndose, en este último supuesto, situaciones de violencia consciente o «inconsciente», en las que suelen verse implicad@s todos los miembros del núcleo familiar (los cónyuges, los hijos, los abuelos, los hermanos,…).

En dichas situaciones de ruptura, también debe considerarse una forma de violencia, la presión ejercida por una de las partes de la relación afectiva, sobre la otra.

Presión que puede ir desde formas «sutiles» de acoso («presencial» o verbal); hasta la «instrumentalización» de los hijos comunes como «arma arrojadiza»; e incluso, la utilización «interesada» de la Justicia (por ejemplo, a partir de la interposición de denuncias falsas), la cuál, al margen de constituir un delito que debiera perseguirse de oficio por los operadores jurídicos, requiriría de un serio y contundente reproche social.

Así, y debido a que son situaciones muy complejas en las que los «tiempos de reacción» suelen ser lentos, el mejor consejo para tod@s aquell@s que estén sufriendo, o tengan conocimiento de que alguien lo está sufriendo (sobre todo, en el caso de menores de edad o personas ancianas), es que acudan a Comisaría, al Juzgado de Guardía o que lo consulten con un abogado, pero que denuncien el maltrato sufrido.

En todos esos lugares, les ayudarán y les guiarán y, aunque sí es cierto que faltan medios y profesionales cualificados, quienes a diario trabajan (en nuestro caso, desde los Juzgados) en esas áreas, son conscientes de lo difícil que es dar el paso y, por lo tanto (y salvo lamentables excepciones) se esfuerzan por atajar el problema y por lograr buscar una solución justa, rápida y efectiva.

Aún con ello, aprovechamos este pequeño momento de reflexión para pedir a los jueces, fiscales, forenses y psicólogos, que sean honestos y valientes y que, tanto si piensan que se ha podido interponer una denuncia falsa, como si consideran que existe peligrosidad y que no debe otorgarse un régimen de visitas, reflexionen sobre que cada caso es único y que no debemos partir ni de esteriotipos, ni de conservadurismos. En eso consiste el ejercicio del Derecho…

116 111 TELÉFONO DE ATENCIÓN A LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA  DEL GOBIERNO VASCO

http://www.gizartelan.ejgv.euskadi.net/r45-zeukhome/es

016  TELÉFONO DE INFO.  Y ASESORAMIENTO EN MATERIA DE VIOLENCIA DE GÉNERO

http://www.msssi.gob.es/ssi/violenciaGenero/Recursos/telefono016/home.htm